La portada de la revista Rolling Stone con el careto lánguido de Dzhokhar Tsarnaev, uno de los presuntos
autores del atentado de Boston del pasado mes de abril, incide en el debate
sobre la banalidad del mal. Aparece como una glosa a la película de Von Trotta
sobre Hannah Arendt, tan blogueada y tuiteada estos días.
A mí, que no he visto
la película y que me mareo cuando la polémica alcanza espumas teológicas, me
basta esta frase de disculpa de la revista:
[Tsarnaev que] "es un joven, y del mismo grupo de edad que
muchos de nuestros lectores, hace que sea aún más importante para nosotros
examinar la complejidad de este problema y obtener una comprensión más completa
de cómo ocurre una tragedia como ésta”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario