sábado, 26 de octubre de 2013

Lo que llega de Estrasburgo


El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sito en Estrasburgo, la más alemana de las ciudades francesas, ha declarado incompatible con el Convenio Europeo de Derechos Humanos la aplicación retroactiva de la Ley Orgánica 7/2003, de 30 de junio, de medidas de reforma para el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas, en lo referente a la rebaja de la condena por beneficios penitenciarios. A partir la entrada en vigor de la Ley tan civilizado propósito se aplica respecto de cada una de las penas individualmente y no sobre el máximo legal de años permitido de estancia en prisión.  A la Sentencia del Tribunal Supremo 197/2006, de 28 de febrero, vulgo “Doctrina Parot”, que consagraba la retroactividad de su práctica, es a lo que se refiere el dictamen del Tribunal Europeo.

Del párrafo anterior, para que unos no se pongan estupendos ni otros caigan en la más adusta de las melancolías, hay que fijarse en este sustantivo con su adjetivo: aplicación retroactiva. Eso es lo que ha derogado Estrasburgo: el empleo de la doctrina a los delitos terroristas cometidos con anterioridad a su entrada en vigor. El tribunal centroeuropeo no anula ni el espíritu ni la letra de la Ley Orgánica 7/2003. O para utilizar una expresión de crónica boxística tan cara al periodismo político de hogaño: no la tumba.

El problema viene de los complejos que en España la izquierda y la derecha vegetarianas han tenido ante el nacionalismo y el marxismo. Estas dos ideologías no reniegan de sus extremismos siempre que el objetivo sea español o burgués. Échale cuentas si es un español burgués. También los moderados varean de vez en cuando el nogal. Para que no nos llamen franquistas sigamos empleando el Código Penal franquista de 1973. Los políticos no asumieron su responsabilidad, dejaron que los tribunales representaran el papel de legislador  y ahora asistimos a estos  paseíllos de lo nauseabundo entre risas y abrazos desde el portón de la cárcel hasta la puerta de la herriko taberna. Si en su día se hubiera reformado el Código Penal, idóneo para la criminalidad sepia de El Caso, posiblemente el terrorismo etarra no hubiera visto el nuevo milenio.

2 comentarios:

  1. NO TIENE USTED UN PELO DE TONTO, DON MELCHORGASPAR.

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  2. Muchas gracias. Deben ser los polvos de arroz con los que me acicalo la cabellera.

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