La
Carta Abierta a la Conferencia Política del PSOE, que estelarizan, como
decimos en México, Pilar del Río, Baltasar Garzón y José Carrillo, es la quinta
esencia del politiqués cohesionado y sostenible. La penúltima oportunidad de
los carrozas progres de adherirse a las políticas que la gente quiere antes de que la parejita que alumbró el
zapaterismo, es decir, Madina y Talegón, abandonen el hogar paterno y el
Congreso de los Diputados sea una infinita happy
hour: barra libre y Telecinco.
De todo el mejunje parasintáctico
destaca el rigor en la precisión de los grupos (en la parla, colectivos) que conforman los humillados
y ofendidos por el gobierno de Rajoy y sus políticas aniquiladoras de derechos.
A saber:
- Los jóvenes,
- las mujeres,
- los mayores de cuarenta y cinco años, y
- los jubilados y pensionistas.
Rastreemos de dónde salen estos
sectores privilegiados. Descartemos primero a todas las mujeres. Todas.
Después, a los hombres mayores de cuarenta y cinco años, y, tras ellos, a los
que ya se han jubilado y a los pensionistas, sea cual sea su edad. Bien. Si la
ONU considera que un joven es una persona que está entre los 10 y los 24 años,
y prescindimos, a efectos de nuestro estudio, de la infancia, los beneficiados
por las políticas del Partido Popular son los hombres que están entre los 25 y
44. Algo así como unos siete millones y pico de españoles. No hace falta ser un
lince almonteño y protegido para discurrir que este grupo, así en bloque, no es
el más favorecido por este Gobierno Montoro. Ni por ningún otro. Como este es
un blog humilde pero no coñazo, sólo pondré un ejemplo. De los 56.392
españoles que emigraron el año pasado, cifra que duplica la registrada en
2007, 27.004 pertenecían a esta franja de edad.
Ves a donde lleva el pensamiento progre
de carril, Baltasar. Y
Llamazares solo, apoyado en el quicio. Vuelve a lanzar los dardos, Superjuez,
a ver si tienes más suerte.
Uno de los "encantos" de la basura propagandística expelida de continuo por la horda bermeja es su absoluta falta de coherencia y lógica. Por eso hace años que creo firmemente que no se puede discutir con la izquierda, como no se puede dicutir con un mafioso o algún otro delincuente que sabe perfectamente lo que hace, aunque lo niegue. La logia se esmera para hacer creer al rabaño en aquello en que ella no cree. Tienen que engañar al percebe para asegurarse el langostino. Por eso, ante la izquierda sólo se pueden hacer dos cosas, además de taparse la nariz: o reírse de ella o aplastarla (con la ley en la mano, claro).
ResponderEliminarOlímpica verdad, vive Dios.
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